sábado, 19 de septiembre de 2009

razones

Escuchamos la música esa insoportable que vos escuchás.
Vamos al gimnasio para eso.
Nos cortamos el pelo.
Nos compramos un jean más ajustado.
Tomamos menos café para eso. ( y para tener una piel más linda pero con el mismo fin)
Salimos a dar vueltas sin rumbo.
Nos conectamos al msn las 24 hs.
Nos dejamos el pelo largo.
Nos pintamos las uñas.
Actuamos de manera diferente.
Sonreímos todo el tiempo.
Gritamos.
Bailamos como si fuera el último reggeaton de la noche.
Soportamos a los boludos de tus amigos.
Nos inventamos una nueva cuenta en facebook.
Nos compramos ropita linda.
Nos ponemos subnicks muy directos.
Casualmente dejamos de ir al bar de siempre.
Todos los sábados decimos: "bueno, hoy me pongo en pedo y voy!".
Pasamos papelones gigantescos.
Nos probamos 23571 cosas antes de salir.
Un poquito más de rimmel por acá...
Derrepente empezamos a usar otros términos que antes nos parecían muy cursis.
Lloramos con todas las películas en las que hay una escena de beso.
etc etc y más etc.



Hey! Mirame!

jueves, 17 de septiembre de 2009

Hasta cuando

Hasta cuando
Voy a estar sin saber
Es que no puedo más así
Necesito tenerlo claro en mí
Es tanto lo que te extrañoNo puedo seguir más así
Me resulta muy difícil
Estar tan solo
Es que no puedo,
No, olvidarme de vos
Y tampoco puedo,No, entender
Porque no provocan más
Tu sonrisa mis palabrasPorque no miran más
Tus ojos mi cara
Porque se cierran así
Las puertas de tu alma.
Hasta cuando
Es que voy a estar así, sin saber,
Que es lo pasó
Y sin poder entender, que
Nos separó tanto.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

1

Hay alguien especial para cada uno de nosotros. A menudo, nos están destinados dos, tres y hasta cuatro seres. Pertenecen a distintas generaciones y viajan a través de los mares, del tiempo y de las necesidades celestiales para encontrarse de nuevo con nosotros. Proceden del otro lado, del cielo. Su aspecto es diferente, pero nuestro corazón los reconoce, porque los ha amado en los desiertos de Egipto iluminados por la luna y en las antiguas llanuras de Mongolia. Con ellos hemos cabalgado en remotos ejércitos de guerreros y convivido en las cuevas cubiertas de arena de la Antiguedad. Estamos unidos a ellos por los vinculos de la eternidad y nunca nos abandonaran.
Es posible que nuestra mente diga: " yo no te conozco", pero el corazon si le conoce. (..) sacude cada átomo de nuestro ser. Nos miran a los ojos y vemos a un alma gemela a través de los siglos. El corazon nos da un vuelco. Se nos pone la piel de gallina. En ese momento todo lo demás pierde importancia.
Puede que no nos reconozcan a pesar de que finalmente nos hayamos encontrado otra vez, aunque nosotros si sepamos quienes son. Sentimos el vinculo que nos une. Tambien intuimos las posibilidades, el futuro. En cambio, él o ella no lo ve. Sus temores, su intelecto y sus problemas forman un velo que cubre los ojos de su corazon, y no nos permite que se lo retiremos. Sufrimos y nos lamentamos mientras el individuo en cuestion sigue su camino. Tal es la fragilidad del destino.
La pasion que surge del mutuo reconocimiento supera la intensidad de cualquier erupcion volcanica, y se libera una tremenda energia.
(...) Hay que esperar el momento adecuado, y la persona que se da cuenta tiene que ser paciente. Gracias a una mirada, un sueño, un recuerdo o un sentimiento podemos llegar a conocer a un alma gemela. Sus manos nos rozan o sus labios nos besan, y nuestra alma recobra vida subitamente.
EL contacto que nos despierta tal vez sea el de un hijo, un hermano, pariente o amigo intimo. O puede tratarse de nuestro ser amado que, a traves de los siglos, llega a nosotros y nos besa de nuevo para recordarnos que permaneceremos siempre juntos, hasta la eternidad.




Brian Weiss

martes, 15 de septiembre de 2009

ERDUMSR

Y si pudiera volverlo a hacer, lo haría, claro que sí. Si no tantas cosas perderían sentido! Vah... qué es lo que realmente tiene sentido? Él? No. Ellos dos? Obviamente.
Además cuesta demasiado, no cualquiera tiene la voluntad de hacer el trabajo de ella. Empezar una y otra vez el laberinto obalado le gusta; le cuesta pero le gusta. Sufre, ama, vive, ríe, crece, es, muere, quiere, imagina, piensa, llora. Nada ocurriría sin él y al fin y al cabo eso es vivir. Si te olvido no es nada más que para volver a conocerte. Esa es la única razón, volver a encontrarte.
En otro lugar, con una nueva historia, con el pelo más corto y yo más petisa, no sé, no es eso lo que importa. Sólo quiero que seas vos quien esté ahí. Y yo quiero verme cursi, bien cursi. Poder decirte todas las palabras empalagosas que tengo guardadas, cuando estemos bajo una sábana de muchos colores. Tal vez haciendo el amor, tal vez jugando al teléfono descompuesto.
Pero sólo podría si estoy con vos, y ahora no puedo. Podrías intentar dejarme? Sólo probemos, probá hacerme feliz un rato que dure mucho.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Correo Central

Ahora por suerte me está llevando el boludo de mi papá, pero antes era un bajón. Mi carpeta de la facultad es enorme, pero enorme en serio y aparte pesa. Yo iba a la parada del 159 (habiendo corrido las dos cuadras que me separan de ahí, previamente porque era invierno, estaba oscuro y me daba miedo), me ponía en la filita que armaban los señores de traje y maletín y las putas de pantalón negro y taco aguja, y esperaba el bondiola. Todo esto tipo 6:45 a.m ( mentira, siempre llegaba como a las 6:55 porque tengo un grave problema de puntualidad); desenredaba los cables de los auricualares que siempre tienen un re nudo y me ponía a escuchar algún temón.
El quilombo empezaba en esta parte porque siempre habia 2 o 3 bondis que no nos paraban con la excusa que estaban llenos. Eso es mentira, vah o quizás no, pero es algo así porque cuando vamos a la parada de Branzen yo ya estoy con alguna vieja sentada arriba del codo del chofer, entonces ya es obvio que venía bastante lleno a esta altura, o no? Igual a ellos no les importa nada eh, meta meta gente nomás, "a ver si nos corremos un pasito para el fondo che" eso dice, siempre la misma boludes. Más boluda yo que lo escucho entrecortado porque estoy cantando pero le veo el gesto y corro los piecitos más para el fondo, como para ser "buena" con la gente que va a subir. Malísimo. Como si el resto de la gente fuera a hacer eso cuando vaya a subir yo.
No importa, lo que decía es que en el Mc Donalds de Brandzen se hace un bardo y en esa parte me despierto de golpe, la experiencia colectivera me enseñó que viajar desde Ezpeleta al Correo Central en lo que todos dicen "hora pico" que todavía no entiendo bien qué es, es todo una combineta de estrategias. Siempre parada obvio, me agarro del caño de arriba y hay como una rotonda gigante antes del primer peaje, intento hacer equilibrio pero hay dos problemas:
  1. el caño me queda alto entonces sí o sí pierdo el equilibrio
  2. tengo que tener cuidado porque en esa pérdida algún pajero me puede apoyar ( y te juro que nunca está bueno el flaco de atrás, siempre es un viejo panzón que no sé cómo hace para apoyar a alguien por su busarda o es un chabón de mi edad, pero sin onda)

Y entonces me re molesta eso. Lo bueno es que en cada viaje hay alguien que me gusta y me entretengo viendo como duerme o come chicle. Eso creo que es importante. Bueno y así todo el viaje, con cara de asco porque se me mezclan los perfumes de todos (decí que no es verano y no hay olor a chivo), después de como 40 min. llegamos. Me tomo el 109 y ahí empieza mi dia facultativo.

A la vuelta imaginate lo mismo, pero yo sigo con mi carpeta enorme y acá si molesta porque todo el mundo se quiere volver rápido a almorzar y mi carpeta molesta molesta molesta a los demás y a mí también porque no sé cómo agarrarla. Y me ponen cara de orto. Nunca me siento adelante porque sube alguno de la tercera edad y le tengo que dar el lugar y después me quedo todo el viaje pensando "qué cómoda hubiese estado ahi". Acá no te apoyan tanto, aunque el truquito es otro. Si hay alguien conocido me hago la boluda, me pasa que me dicen:

- ay que estás estudiando?

- diseño gráfico

- uh boluda, que copado. Que es bien lo que hacen?

Pienso: "qué me dice QUE COPADO SI NO SABE LO QUE HAGO" y le respondo: - nada y de todo.

- ah............ y ahí en esa carpeta tenés trabajos, no? mostrame. Que bajon che traer eso todos los dias.

EUREKA! No me digas, si ya sé que es un bajón idiota pero no, no te quiero mostrar nada.Es por eso que me hago la gila. Ah también hay olor a chivo en esta parte y tengo la puta costumbre de ponerme cerca de la puerta de donde se baja, bajamos la autopista y voy rotando y cambiando de posiciones en menos de un metro cuadrado, golpeando a todos, pisandolos y aguantando sus caras de orteli. Creo que canto en voz alta sin darme cuenta, vah supongo que me odian por eso también. De todas formas, yo los odio más pero sólo una vez por día porque ahora me lleva Dome a la mañana.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Ondina


La Sirenita viene a visitarme de vez en cuando. Me cuenta historias que cree inventar, sin saber que son recuerdos. Sé que es una sirena, aunque camina sobre dos piernas. Lo sé porque dentro de sus ojos hay un camino de dunas que conduce al mar. Ella no sabe que es una sirena, cosa que me divierte bastante. Cuando ella habla yo disimulo escucharla con atención pero, al mínimo descuido, me voy por el camino de las dunas, entro en el agua y llego a un pueblo sumergido donde hay una casa, donde también está ella, sólo que con escamada cola de oro y una diadema de pequeñas flores marinas en el pelo. Sé que mucha gente se ha preguntado cuál es la edad real de las sirenas, si es lícito llamarlas mosntruos, en qué lugar de su cuerpo termina la mujer y empieza el pez, cómo es eso de la cola. Sólo diré que las cosas no son exactamente como cuenta la tradición y que mis encuentros con la sirena, allá en el mar, no son del todo inocentes. La de acá, naturalmente, ignora todo esto. Me trata con respeto, como corresponde hacerlo con los escritores de cierta edad. Me pide consejos, libros, cuenta historias de balandras y prepara licuados de zanahoria y jugo de tomate. La otra está un poco más cerca del animal. Grita cuando hace el amor. Come pequeños pulpos, anémonas de mar y pececitos crudos. Las dos, en el fondo, sospechan que en ellas hay algo raro. No sé si debo decirles cómo son las cosas.





Castillo, Abelardo. El espejo que tiembla.